Corazón Dorado, un viaje inspirador
Corazón Dorado es la historia de una joven de buena cuna que cae en desgracia y acaba en la selva convirtiéndose en la amante de un sexy terrateniente..
Pero ¿cómo se me ocurrió esa idea?
Pues fácil, yo crucé la selva amazónica. La razón, personal en demasía, no está en discusión en este momento. Lo importante es lo que viví. Yo pasé por esos pueblos polvorientos y vi gente con chanclas y tierra en los pies cargando montañas de dinero a plena luz del día.
OMG, ¿qué rayos está pasando aquí? Esa era la pregunta de rigor. Y la más obvia que le sigue es ¿aquí nadie roba?
La respuesta me dejó de piedra. En los pueblos donde se mercadea con el oro y piedras preciosas no existe la ley tal y como la conocemos. Solo existe la ley del más fuerte y se impone a fuerza de machetazos.
Así que nadie se atrevía a robar.
Y yo... guau, qué salvajes.
La contradicción entre miseria y exhuberancia, me fascinó.
Viajé en bus e hice parada en lugares sucios, destartalados, polvorientpos y mundanos. Los demás pasajeros eran gente que cruzaban la frontera, gente que compraba oro o pueblerinos con gallinas cloqueando y sacos de verduras, ¡como en las peliculas!
Me sumergí en su realidad.
A mi lado, una señora me comentó que siempre iba a trabajar a uno de esos pueblos mineros en el area de la cocina. El pueblito se llamaba Casablanca. Allí en ese pueblo conviven mineros, prostitutas y las encargadas de alimentarlos.
Según ella, poca cosa se podía ver en Casablanca. Un pedazo de tierra entre el sol, la selva y la frontera con Brasil.
El nombre del pueblo me pareció poético y mientras viajaba y escuchaba sus anécdotas nació en mí la semilla. Podía verlos claro en mi imaginación.
Un terrateniente salvaje cuyo poder radica en el oro.
Una joven educada que llega a un lugar inhóspito y peligroso.
Un entorno plagado de misterio y naturaleza en crudo.
Y un secreto.
Así nació Corazón Dorado.
Posdata: puedes leerla gratis en la app Booknet. Te dejo el Link aquí:
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Si eres una de mis increíbles lectoras comenta o comparte, eso me alegraría el corazón, bebé.
Besos.